sábado, enero 07, 2006

EL COMPLEJO DEL NAÚFRAGO por Vicente Verdú

¿Merece ya la pena ilusionarse por la selección? Campeonato tras campeonato la pugna ha sido la de una afición tensa y apasionada siguiendo la expectativa del equipo, y la de un equipo insulso y feo quitándose de encima nuestro amor. Nos encontramos pues en la situación de amantes despechados una y otra vez, hinchas deshinchados. ¿Merece la pena reunir ahora más fuerzas y recomenzar la pasión? Francamente, la reiteración de resultados adversos ha roto la ilusión sobre lo que ha existido y existe. Clemente era la causa sensible de aquellos males insoportables, pero ¿cómo esperar las mismas decepciones de Camacho, Sáez, Aragonés? Algo, más allá de la caracterología del entrenador, decide, por lo que se ve, el destino de este equipo. No ya el destino de una u otra alineación, de la actual o la de hace años, sino del artículo concreto que es llamado “selección española”.

Ni faltan buenos jugadores, ni experiencia internacional, ni falta táctica, técnica o logística. Se encuentran bien alimentados, entrenados, queridos, estimulados monetariamente. Lo que falla en este artilugio es, probablemente, la sustancia interior: una molécula que se relacionaría más con el mundo del Estado y la idea de nación que con la cosmología del fútbol. Cuando en aquella final de la Champions iban a enfrentarse el Valencia y el Real Madrid, medio país respiró tranquilo. De haberse disputado el partido entre el Real y el Barça nadie sabe lo que habría sido el cruce de banderas y signos con sus respectivas identidades nacionalistas. París habría reflejado en la algarabía la tabarra de nuestro conflicto doméstico, la falta de cohesión entre unas y otras partes de España.

Y casi lo mismo indica la selección. Falta cohesión, se juega a impulsos individuales, a golpes fragmentarios, al modo de tirones sectoriales y sin un clamor único. La unidad de Francia, de Alemania, de Inglaterra es una hermosa condición alejada de los aires de nuestra selección que incluso sólo tímidamente muestra, en un ribete, los colores de la insignia común. Ni el coraje de Camacho o Aragonés ni sus soflamas patrióticas han logrado fraguar un equipo unitario donde el deseo de vencer traspase su geografía de punta a cabo. Exactamente, cuando vemos a España manotear y hacer aguas sobre el campo la razón es ésta: el conjunto no ha taponado las fugas locales para evitar la amenaza y el complejo del naufragio.

Vicente Verdú, escritor y periodista

5 comentarios:

Juanjo Jambrina dijo...

gracias por el link a tierralibertad. Es un orgullo.

Leonardo dijo...

El gran inconveniente que posee España sin duda es el enunciado. Sin embargo, considero que también se deben poner como objetivo, no la Copa, sino para empezar: la semifinal; luego la final.
El ejemplo más claro es el caso de Venezuela; hasta hace unas Eliminatorias la goleaban siempre, después salía última con dignidad, luego dejó dos equipos abajo, ahora pelea por llegar a la repesca para clasificar; no sería raro que para el próximo logre un lugar en ella. Ecuador es un caso similar, se fue poniendo pequeñas metas de crecimiento y hoy clasifica.

Anónimo dijo...

verdú, como siempre desbarra. La asimilación identitaria madrid-barcelona no se sostiene. Nosotros no tenemos la caixa, ni falsificadores profesionales tipo montalbán, ni nos preciamos de ser esencia de nada. No hemos linchado a ningún jugador como se linchó a figo, ni entonamos himnos ni lucimos banderas en nuestra camiseta o brazalete. El madrid es cívico y plural, guste o no y como madridista estoy hasta la punta de la mismísima polla de ver a tontitos de baba como Verdú manoseandolo. Nosotros no salimos haciendo el paso de la oca, ni vivimos de las instituciones públicas como otros clubes.

Es curioso, soy madridista y valenciano, y viví el madrid-valencia angustiado. Había regionalismo a granel y un ansia enorme de derrotar al madrid. La causa de la rivalidad posterior viene de ese día. Todos daban por muerto al madrid, era el día de vengar "un siglo de humillaciones". Redondo se lo comió todo y se quedaron con el molde. Los madridistas valencianos hemos tenido que sufrir las consecuencias.

Verdú es un personaje ridículo, pero cuando escribe de fútbol lo es un poquito más.

Anónimo dijo...

Madrilista, parece que tienes mucho odio guardado en tu corazón, déjalo ir y dedícate a disfrutar de los triunfos de tu equipo (que no abundan en estos días) sin importar lo que diga uno u otro periodista.

Sobre el post, puede que el gran problema del equipo sea ese, pero a mi parecer existe un problema aún mayor y se resume en la primera línea del post: España tiene BUENOS jugadores, le falta tener GRANDES jugadores. Eso no significa que no se pueda meter en una final mundialista, Alemania lo hizo hace cuatro años con un equipo menos que mediocre.

Por otro lado, tampoco estoy de acuerdo con lo que dice Leonardo. Apuntar solo a una semifinal o cuartos de final es tener metas perdedoras, metas mediocres. "Pídele a un hombre que haga todo un trabajo y él hará lo que pueda, pero si le pides que haga lo que pueda, no hará nada". Así de simple.

Anónimo dijo...

¿odio? no, hombre, una ligerísima irritación.

Por cierto, hablas como un jipi revenido.