Fin de curso en el calcio. Estas son las últimas noticias.
1. El Inter, campeón, concluye la temporada con unas cifras de vértigo. Acumula 97 puntos, 22 más que el segundo clasificado; ha ganado 30 partidos, empatado siete y perdido sólo uno. Ha marcado 80 goles. Es un resultado asombroso, después de tantos años de miseria. La sociedad organiza una gran fiesta, pero los jugadores optan por celebrar el éxito a su manera. En el entrenamiento del sábado, Toldo y Materazzi se lían a puñetazos. Córdoba pega una patada a Ibrahimovic. Ibrahimovic, la estrella arrebatada al Juventus el año pasado, se fotografía con Luciano Moggi, el gran corruptor, y se ofrece públicamente al Milan. Adriano concluye su exhaustiva investigación sobre las discotecas milanesas justo a tiempo para la fiesta; acto seguido se marcha de vacaciones a Brasil para efectuar ulteriores investigaciones nocturnas. Perspectivas óptimas para el año próximo.
2. El Juventus, campeón de la Serie B, regresa a la máxima categoría. El entrenador, Didier Deschamps, lo celebra dimitiendo. Había pedido los fichajes de Gerrard (Liverpool), Toni (Fiorentina) y De Rossi (Roma), pero llega Iaquinta (Udinese). Buffon, el portero-mito, parece también dispuesto a marcharse. El portazo de Deschamps es acogido con fruición por la directiva: "No impediremos que se vaya". Los jugadores se declaran desolados. La directiva quiere que vuelva Marcello Lippi, pero el técnico campeón del mundo prefiere seguir en paro hasta que juzguen a su hijo Davide, acusado de pertenecer a la red mafiosa de Luciano Moggi. La fiesta juventina es aún más amarga que la interista.
3. El pequeño Chievo, representante de un barrio de Verona, acompaña a Ascoli y Messina a la Serie B. Es una de las sociedades más simpáticas, cuenta con los tifosi más pacíficos y hasta ahora desconocía el sabor del peor trago: siempre había subido, peldaño a peldaño, hasta alcanzar hace siete años la Serie A. Su propietario y presidente, el pastelero Luca Campedelli, de 38 años, encaja con dignidad un desastre que pareció improbable hasta el último minuto. Hace honor a su padre, el pastelero Luigi Campedelli, de quien heredó el club. El lema del patriarca Campedelli está enmarcado en las oficinas: "Es mejor callar y parecer tonto, que abrir la boca y despejar cualquier duda al respecto".
4. Totti anota dos goles en el último partido, frente al Messina, y alcanza los 26. Sólo Van Nistelrooy parece en condiciones de arrebatarle la bota de oro. Lo de Totti tiene su mérito: juega con una placa metálica y un montón de clavos en una pierna, es un centrocampista reconvertido en ariete y ha fallado siete penaltis (el último, ayer).
5. El Redemptoris Mater gana la Clericus Cup, la liga vaticana. Los futbolistas del Redemptoris forman parte del Camino Neocatecumenal del español Kiko Argüello (los llamados kikos) y se alzan con la final gracias a un gol de penalti injusto que provoca una tangana. El árbitro, tras varias tarjetas amarillas, disculpa las protestas de la derrotada Universidad Lateranense: son curas, pero esto es una final, explica. Matiocco, el jugador más popular del Red Mat (nombre con que se conoce al Redemptoris), no juega el partido decisivo, pero desde la grada le animan lo mismo: "Juegue bien, juegue mal, Matiocco cardenal".
Este corresponsal concluye sus historias, da las gracias y se despide.
Enric González es autor de Historias del Calcio
NOTA: Reconozco que me ha recorrido un extraño frío cuando he leído la última frase que Enric González ha dejado en su pieza de hoy. Tengo la impresión que no hay mucho lugar a las dudas, esto se acaba.
No he leído nada al respecto sobre lo que parece un final. No sé si Enric desarrollará su trabajo como corresponsal en otro lugar del mundo, si se ha cansado de deleitar semanalmente con esas historias que hacen del calcio, o del fútbol, algo muy distinto a lo que se estila en tantas páginas de periódicos (por no hablar de otros medios), o si es que abandona El País. Ni idea. Tal vez me esté equivocando y tan sólo sea la despedida de la temporada, pero tengo la impresión que no es así.
Este blog se creó para ir guardando, para consumo propio, esos extraños artículos, irónicos y divertidos, brillantes e ilustrados, que un día descubrí en las páginas de Deportes de El País, y que desde ese momento me hicieron totalmente dependiente de su lectura semanal obligatoria. Ahora me planteo si tiene sentido continuar esto sin las Historias (así, con mayúsculas) que se han ido robando cada lunes. Probablemente siga, y continúe recogiendo pequeños o grandes relatos que pretendan hacer del fútbol algo más que una mera banalidad, en muchos casos carente de cualquier sentido próximo a lo racional. Ahora mismo no lo sé, ya que acabo de leer el artículo y sacar esa conclusión.
En definitiva, si así fuera (ojalá que no) sólo quería dejar constancia de mi admiración y gratitud por el placer que Enric González me ha proporcionado estos años desde su rincón de los lunes, descubriendo tantas historias paralelas y transversales en torno al mundo del fútbol y, simultáneamente, a un país tan “sui generis” como Italia. Y es que, aparcando clichés y tópicos que giran (no sin razón) en torno al periodismo “futbolístico”, estas Historias iban mucho más allá de todo eso, algo que, sin duda alguna, muchos de los que por aquí pasaron van a echar mucho de menos, estoy seguro.
Por todo, y esperando seguir leyéndolo, sólo quería decirle a “ese corresponsal”: gracias por todas y cada una de las Historias del Calcio que nos ha regalado.
No he leído nada al respecto sobre lo que parece un final. No sé si Enric desarrollará su trabajo como corresponsal en otro lugar del mundo, si se ha cansado de deleitar semanalmente con esas historias que hacen del calcio, o del fútbol, algo muy distinto a lo que se estila en tantas páginas de periódicos (por no hablar de otros medios), o si es que abandona El País. Ni idea. Tal vez me esté equivocando y tan sólo sea la despedida de la temporada, pero tengo la impresión que no es así.
Este blog se creó para ir guardando, para consumo propio, esos extraños artículos, irónicos y divertidos, brillantes e ilustrados, que un día descubrí en las páginas de Deportes de El País, y que desde ese momento me hicieron totalmente dependiente de su lectura semanal obligatoria. Ahora me planteo si tiene sentido continuar esto sin las Historias (así, con mayúsculas) que se han ido robando cada lunes. Probablemente siga, y continúe recogiendo pequeños o grandes relatos que pretendan hacer del fútbol algo más que una mera banalidad, en muchos casos carente de cualquier sentido próximo a lo racional. Ahora mismo no lo sé, ya que acabo de leer el artículo y sacar esa conclusión.
En definitiva, si así fuera (ojalá que no) sólo quería dejar constancia de mi admiración y gratitud por el placer que Enric González me ha proporcionado estos años desde su rincón de los lunes, descubriendo tantas historias paralelas y transversales en torno al mundo del fútbol y, simultáneamente, a un país tan “sui generis” como Italia. Y es que, aparcando clichés y tópicos que giran (no sin razón) en torno al periodismo “futbolístico”, estas Historias iban mucho más allá de todo eso, algo que, sin duda alguna, muchos de los que por aquí pasaron van a echar mucho de menos, estoy seguro.
Por todo, y esperando seguir leyéndolo, sólo quería decirle a “ese corresponsal”: gracias por todas y cada una de las Historias del Calcio que nos ha regalado.
JM Román