lunes, abril 03, 2006

LUCIANO, CESARE Y LA TERCERA EDAD

El otro día, cuando terminó el entrenamiento, Luciano Spalletti le dijo a Okaka que se quedara en el campo. Mientras los demás jugadores del Roma cantaban bajo la ducha, Spalletti centraba balones y Okaka remataba de cabeza. Los dos solos, entre bromas, como un par de amigos. Okaka tiene 16 años y ayer jugó contra el Fiorentina. También jugaron Acquilani (22) y Rosi (18). De Rossi, que a los 22 se ha convertido en uno de los mejores medios centro del calcio, se quedó en el banquillo por lesión.

A mediados del segundo tiempo, cuando el Roma marcó el gol que igualaba el de Toni (el 26 de la temporada), Cesare Prandelli hizo cambios. Introdujo a Montolivo y llamó a Bojinov para conversar un instante. La cosa fue más o menos así: "¿Te va bien seguir por la izquierda?". "Sí, míster; estoy cómodo". "Pues tú, por la derecha, Montolivo". "Vale". Y el Fiorentina tomó la iniciativa al final.

La cosa, que concluyó en empate (1-1), permitió comprobar el buen trabajo de los dos técnicos más eficientes, dialogantes, imaginativos y honrados del campeonato italiano (Pillon, del Chievo, también estupendo, se queda por ahora un poco por debajo del dúo de moda). Uno, Prandelli, inventó a principios de curso un esquema eficaz basado en Toni, el prolífico hombre en punta. El otro construyó sobre la base de Totti, que para el Roma viene a ser como la suma de Ronaldo y Ronaldinho, y fue perdiendo piezas por el camino (Cassano se fue, Montella se rompió) hasta perder al propio Totti. ¿Qué hizo? Sacar a los chavales y enseñarles a jugar en movimiento continuo para que todos fueran a la vez creadores y ejecutores y la suma de su esfuerzo cubriera el hueco del gran Francé. Lo que salió, la llamada Banda de Hermanos, es uno de los equipos más humildes, esforzados y vistosos del torneo.

Fiorentina y Roma, Prandelli y Spalletti, compiten por el cuarto puesto. Los tres primeros, como siempre, están reservados para las tres hermanas. El scudetto lo ganará Fabio Capello, que se enfadó el sábado con Ibrahimovic. Capello lleva días enfadado. Le molesta que se vea el cartón de su supuesta magia y en las eliminatorias europeas, cuando su robusto y veterano cuadrado mágico (Cannavaro, Thuram, Vieira y Emerson) ha empezado a ir mal de bofe y ha dejado de gozar de lo que los italianos, con deliciosa discreción, llaman "sumisión psicológica" de los árbitros a la Juve, el cartón ha asomado por todas partes.

Roberto Mancini, el atildado técnico interista, tiene sólo 41 años y debería apostar por la juventud y la inventiva. Ocurre al contrario: parece fiarse sólo de jugadores cercanos a su generación. Sus hombres de confianza son Verón y Figo, treintañeros. Por no hablar de su mano derecha, Mihailovic, que a los 37 parece del otro lado de la frontera escatológica (en un sentido filosófico, no excrementicio).

A Carlo Ancelotti le gusta que su Milan juegue al ataque. Pero, si repasamos las partidas de nacimiento de los que alineó el sábado ante el Lecce, desde los venerables Costacurta (40 años) y Maldini (38) hasta los Cafú (35) y Rui Costa (33), se entiende que el Milan perdiera ante uno de los colistas.

En el momento culminante de la competición europea, los equipos italianos, mucho más vetustos que el Arsenal, el Barcelona o el Lyón, corren el riesgo de asfixiarse en la última cuesta. Ya pasó algo parecido la temporada pasada: lo del Milan frente al Liverpool no fue despiste, ni exceso de confianza ni mala suerte; fue, muy probablemente, un simple achaque.

Enric González es autor de Historias del Calcio

8 comentarios:

LaTorpeda dijo...

2-1 Enhorabuena a los premiados!!!!

Recopilador de Historias dijo...

Muchas gracias como premiado. A pesar del sufrimiento ya vamos saliendo del agujero.

Anónimo dijo...

gran noche ayer en Villarreal. no sé por qué Enric González se le ocurrió la metáfora del marxismo-leninismo. El equipo es un bloque, pero ¿y? El Inter es un conglomerado de estrellas y buenos jugadores, que a la que salía algo mal se lo reprochaban. En Villarreal, además, hay un crack de talla mundial, cosa que quizá solo Figo (Adriano sí, pero...), ya en horas bajas, puede decir en el Inter. Se llama Riquelme. Ya campeonó con el Boca, igual que el Vasco, en la Libertadores. Ayer, sobresaliente y le faltó el gol para el cum laude.

Anónimo dijo...

Gran partido anoche, muy bien por Villareal, ojalá y jueguen la final este año.

En otro tema, "il Rossoneri" lleno de jugadores vestusos como dices ganó muy bien. Si bien le falta renovación, sigue siendo de los dos o tres mejores equipos del planeta. Se viene un gran duelo contra el Barça...

Recopilador de Historias dijo...

A mí me ha defraudado muchísimo el Inter y su actitud ultraconservadora. Se han vendido muchas motos sobre Mancini y al final se agarró al catenaccio como pocos, que forma de despreciar el balón.
El Milan, con matices, sigue siendo otra cosa, con gente como Kaká, Sevchenko, Pirlo, Gilardino es difícil no imponer su ley y puede jugar como nadie, pero ayer, ante el hueso durísimo del Olimpic, jugó la baza del oportunismo made in Italy. Y Gattuso, como icono rossonero.

Al Villarreal todos los elogios del mundo, y alguno más.

PD: Capello y sus chicos, a la calle otra vez!

Anónimo dijo...

Basta. Appena un equipo italiano gioca male si parla di "catenaccio".
In Italia il "catenaccio" non lo fa più nessuno, non esiste più la marcatura a uomo.
Il Liverpool di Houllier giocava il "catenaccio", non certo l'Inter. L'Inter col Villareal, semplicemente non ha giocato a calcio.
Alla grande Villareal e ripeto, dove ci sono pochi soldi e molta organizzazione li c'è il vero calcio.

Recopilador de Historias dijo...

Y no sólo el Liverpool de Houllier, a veces también el de Benítez, y en España muchos equipos también lo hacen, la cuestión es lo triste es que un gran equipo como el Inter, con todo un plantel de grandísimos jugadores rechaza la opción de jugar para defender, sea como sea, sin proponer casi nada.
Por ejemplo hoy no se puede decir eso del Milan, ni de la Roma, ni de la Fiorentina, que juegan muy bien al fútbol, y son también italianos.
Una cosa es el juego táctico, donde los equipos italianos son maestros, y otra cosa es el rechazo a jugar cuando se tiene a parte de los mejores jugadores del mundo.

Un saludo

Anónimo dijo...

D'accordo con te

un saluto