Este blog nace en 2004 para recoger los mejores artículos de ENRIC GONZÁLEZ en El País, El Mundo, o donde le dé la gana. A partir de ahí, aquí cabe todo aquello que pueda robar a quien quiera que escriba algo, lo que sea, que no me haga sentir imbécil cuando se hable de fútbol. JM Román
viernes, julio 21, 2006
Y BORGES DETESTABA EL FÚTBOL
"Es un invento post-colonial que sustituye las peleas a cuchillo"
Considero que a Borges lo que no le gustaban eran las manifestaciones populares; en sí no es que odiara el fútbol, sino lo que producía en algunas personas: el fanatismo (en España creo que lo denominan "forofismo"), el maquiavelismo (el ganar -como todos queremos- pero sin importar el modo), la alienacion, etc.
No le gustaría acaso el fútbol, pero lo cierto es que su definición es correcta (y esto enlaza con lo que comenta más arriba Leonardo): los fenómenos que se dan alrededor de este y otros juegos han venido a constituir un sucedáneo de las peleas a cuchillo de los sórdidos arrabales. V. g.: el impresentable cabezazo de Zidane, previa provocación 'a lo compadrito' de Matterazzi, seguido todo ello de la inefable mariconada de Zizou de tratar de 'no irse solo' de semejante papelón (otro 'código del fútbol': si te expulsan, llevate también al contrario a las duchas... claro que el francesito fracasó en ese deber emanado de una regla no escrita de conducta deportiva y entonces, como si de un cuchillero se tratase, intenta dar explicaciones para que quede asentado que el culpable es el muerto). O sea: a mí me gusta el fútbol, pero Borges tenía razón.
2 comentarios:
Considero que a Borges lo que no le gustaban eran las manifestaciones populares; en sí no es que odiara el fútbol, sino lo que producía en algunas personas: el fanatismo (en España creo que lo denominan "forofismo"), el maquiavelismo (el ganar -como todos queremos- pero sin importar el modo), la alienacion, etc.
No le gustaría acaso el fútbol, pero lo cierto es que su definición es correcta (y esto enlaza con lo que comenta más arriba Leonardo): los fenómenos que se dan alrededor de este y otros juegos han venido a constituir un sucedáneo de las peleas a cuchillo de los sórdidos arrabales. V. g.: el impresentable cabezazo de Zidane, previa provocación 'a lo compadrito' de Matterazzi, seguido todo ello de la inefable mariconada de Zizou de tratar de 'no irse solo' de semejante papelón (otro 'código del fútbol': si te expulsan, llevate también al contrario a las duchas... claro que el francesito fracasó en ese deber emanado de una regla no escrita de conducta deportiva y entonces, como si de un cuchillero se tratase, intenta dar explicaciones para que quede asentado que el culpable es el muerto).
O sea: a mí me gusta el fútbol, pero Borges tenía razón.
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