1. Según el padre António Vieira, a quien Fernando Pesoa ha llamado "emperador de la lengua portuguesa", existe una "línea matemática" entre Portugal y España. O sea: una metáfora. Salazar, que desconfiaba de Franco, firmó con él el Pacto Ibérico. Entonces, una muralla separaba ambos pueblos. Mientras duraron las dictaduras, España era el país geográficamente más cercano y culturalmente más lejano. De vez en cuando jugaban las selecciones. Normalmente, España ganaba. Escuchábamos las transmisiones por la radio, con los locutores intentando engañarnos. De ese tiempo quedó una célebre frase: "Portugal ataca y España marca". Son traumas que no se olvidan.
En 1947, en Lisboa, Portugal ganó a España por 4-1. Salazar, que quería que todos los portugueses desconfiaran de España como él, celebró la victoria como un hecho histórico. Pero con las dictaduras estuvimos siempre perdiendo, aun cuando una de nuestras selecciones ganaba a la otra, Portugal una sola vez y España muchas más.
2. Portugal comenzó a ganar a España por 1-0 cuando hizo la revolución mientras España se quedó por la transición como, con gran fair play, reconoció Juan Luis Cebrián en su magnífico libro Francomoribundia. Al entrar en la CEE, España empató. Ahora gana por 2-1 porque ha tenido el coraje de retirar sus tropas de Irak.
3. El Pacto Ibérico nos ha separado. La democracia nos ha acercado. Y el fútbol, también. Con Figo jugando en España, pasamos a ser primero del Barcelona y después del Real Madrid. Y con Camacho en Lisboa ciertamente hubo madridistas apoyando al Benfica.
El problema viene ahora. Somos hermanos, estamos en la Unión Europea, pero en este juego la línea matemática del padre Vieira deja de ser una metáfora. No vamos a resucitar los fantamas del pasado. No es una guerra; es peor, es un partido de fútbol entre Portugal y España; una fiesta, pero una fiesta en la que uno va a tener que matar y el otro morir.
Apenas un juego. Nuestro juego. Pero ya he subvertido al gran Antonio Machado: "Anoche, cuando dormía, / soñé, bendita ilusión, / que mi Portugal vencía, / España de mi corazón".
4. Es cierto que España tiene a Raúl, Morientes, Valerón, Vicente, Casillas... Pero Portugal tiene a los hombres del Oporto, campeón de Europa. Tiene un arma secreta llamada Cristiano Ronaldo, si Scolari no lo deja en el banquillo. Y tiene a Figo, que anduvo solo con el Madrid a sus espaldas. Tal vez está un poco cansado. Pero no tanto como Raúl. Por eso espero que, al final, sea la selección portuguesa la que consuele fraternalmente a la selección de España. Al final, es apenas un juego. Nuestro juego. Sólo un juego de fútbol, aunque hoy, domingo, no hay nada tan importante en el mundo como este juego a vida o muerte entre Portugal y España.
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