“Un ladrón había roto el vidrio de su vehículo y se había llevado el bolso del zaguero de la selección celeste. En su interior tenía el celular, dinero, sus pasaportes y un libro sobre la vida de Obdulio Varela, héroe del Maracanazo de 1950…”. La información periodística, conocida días después de este hecho, daba cuenta que todo había terminado bien y que ese “botín” perteneciente a Diego Lugano ya estaba en poder del jugador. Faltaba algo más de un mes para que el defensor uruguayo, junto a Diego Forlán, a las puertas de cuya casa en Carrasco se había producido el robo, y el resto de sus compañeros lograran por 15ª vez la Copa América.
La devolución incluía el libro de Obdulio Varela, un regalo con el que Oscar Washington Tabárez obsequió a cada jugador del plantel campeón con la obligación de leerlo, antes que todos se llenaran la boca hablando del campeón. Antes del debut con Perú y antes, quizás sin saberlo, de que se cumplan, como este 2 de agosto, 15 años de la muerte de Obdulio. Así, a secas, o El Negro Jefe, no tan a secas.
Cuando una actuación inteligente, con jugadores muy bien aprovechados en sus mejores posibilidades, con dos delanteros fantásticos y una protección defensiva al momento de perder la pelota que hace a la marca en el orillo de Uruguay, permite superar obstáculos que se presumen superiores, el fútbol charrúa está en su salsa. Y nadie conoce mejor que ellos sus propias limitaciones –nada grave, por cierto- y nadie sabe mejor que ellos que un cúmulo de condiciones confluyeron en el momento en que desplegaron su mayor virtud, la prueba de carácter. Que es un claro, intransferible trazo de identidad futbolera. Que tiene un símbolo, de ahí ese libro que el Maestro Tabárez depositó en las manos de cada jugador, en la búsqueda de una continuidad de aspectos esenciales que hacen al fútbol de ese país.
Nacido un 20 de setiembre de 1917 en Montevideo, Obdulio largó la escuela casi sin tocarla, para arrancar una carrera futbolística inolvidable. Campeón con Peñarol en seis ocasiones, con 51 partidos en la Selección, capitán de ese equipo que construyó tal vez el hecho futbolístico más espectacular del siglo XX, el Maracanazo. Una leyenda que contiene la menor cuota de datos ficticios en un relato lleno de hechos reales, que en pleno festejo de la clasificación de Uruguay ante Argentina apareció en boca de los jugadores, al darse el mismo día del 61 aniversario de aquel 2 a 1 imborrable contra Brasil.
En Brasil 1950, Obdulio empató su único partido en mundiales (los 6 restantes los ganó todos), ante España. Perdida frente al peso histórico de su actitud en la final con los locales, su reacción en el vestuario después de aquel 2 a 2 poco se conoció: “¿Te das cuenta, Juan (López)? ¿Qué van a decir de nosotros los campeones olímpicos y mundiales, qué va a decir el Gallego Lorenzo? ¡Que mejor no hubiéramos venido! ¡Que vinimos a pasar vergüenza!”, dijo llorando, desde la bronca, pensando en la defraudación hacia un pasado glorioso.
Era el mismo Obdulio que recogen las crónicas interminables, volcadas en libros de historia, de literatura, ensayos, películas, ganando esa final de 1950 desde el vestuario, donde a su frase memorable de “los de afuera son de palo” le agregó el cantito “vayan pelando la chaucha, aunque les cueste trabajo; donde juega la celeste, donde juega la celeste, todo el mundo boca abajo”. Y todos a cantar, mientras 200 mil personas hacían sonar bombas, cohetes, esperando a los equipos.
El mismo Obdulio que empezó ganado el sorteo de los arcos eligiendo la cara de la moneda; el que se puso la pelota abajo del brazo después del gol de Brasil para calmar a un rival superior y a una multitud ardiente; el que le dijo a Ghiggia que por su lugar, la derecha, Uruguay iba a tener las oportunidades que necesitaba, mientras “acomodaba” su débil marcador Bigode; el que se bancó estar convencido de que podían ganar, siendo uno de los escasos habitantes de este mundo en pensar de esa manera.
El mismo Obdulio del particular festejo, sólo en bares brasileños, la noche del partido. Contó Obdulio: “Nosotros habíamos arruinado todo y no habíamos ganado nada. Teníamos el título pero ¿qué era eso ante tanta tristeza. Pensé en Uruguay. Allí la gente estaría felíz. Pero yo estaba ahí, en Río de Janeiro, en medio de tantas personas infelices. Me acordé de mi saña cuando nos hicieron el gol…el dueño del baro se acercó a nosotros con el grandote y le dijo ´¿Sabe quién es este?¿Obidulio!´ (así le llamaban en Brasil). Yo pensé que el tipo me iba a matar. Pero me miró, me dio un abrazo y siguió llorando. Al rato me dijo: ´Obidulio ¿se vendría a tomar unas copas con nosotros”
El Negro Jefe representaba todo eso. Y algunos, como Tabárez –que lejos está de renegar de los tiempos en los que vive, al menos desde lo futbolístico- creen imprescindible rescatar la cuestión central de aquellos valores para enfrentar nuevos desafíos, teniendo la medida de la historia y de la realidad que le toca transitar.
Por eso suena extraño, que algunos que vieron en Uruguay un modelo a seguir renieguen de la propia historia, haciendo una lectura cerrada de un logro, remitiéndolo apenas a la conquista. Pasando por alto el valor incalculable del libro que le intentaron robar a Lugano, el capitán de este equipo Celeste campeón, como lo era Obdulio en el 50. Lejos estaba aquél Negro Jefe de creer que lo único que importa es ganar.
10 comentarios:
Pues lo que yo y mucha otra gente estamos empezando a pensar, es que esto no puede seguir así..., no es posible que haya tanta distancia entre equipos como el Barça, el Madrid y el resto, distancia económica, de jugadores, equipamientos, etc., no es posible además que el fútbol español esté completamente endeudado y se encuentre en una burbuja económica (igual que la que hubo con la construcción), además de estar rodeado de una supercrisis económica mundial (que todo afecta), además esta burbuja no solo se da en España.
¿Solución?, pues no la hay pues es una carrera hacia adelante, a menos..., que se cree una nueva superliga continental, como existe las ligas de basquet, fútbol americano o beisbool, en USA, una liga compuesta por los 4 o 5 mejores equipos de cada país de nuestro continente, el funcionamiento es muy simple, un equipo gana la liga continental, luego están los que quedan segundo, tercero, etc. y por abajo, los que quedan últimos (un número por determinar), bajan a sus ligas nacionales y ese año no juegan la continental, respecto a los que juegan en sus ligas nacionales, los mejor clasificados ascienden o si esto no es posible, entre los mejores clasificados se hace alguna competición para ver quien asciende, en caso de que esto sea difícil, entonces habría que hacer una primera división continental y una segunda (que equivaldrían a lo que hoy son las ligas nacionales) y luego lo que hoy son las ligas nacionales, en este nuevo sistema equivaldrían a las regionales actuales, esto implicaría muchos cambios, pero sería la única forma de que el fútbol podría crecer, que habría mas dinero, mejores jugadores, que se podría profesionalizar mas aún, etc., a los que nos gusta el fútbol y nuestros equipos, es la única solución que le vemos, lo demás es meternos en un agujero sin salida, que al final terminará por afectar también a los grandes, por que son parte del mismo país en crisis que los otros, creo que esto es poco discutible, solo hay que pensar bien como se hace y es cuestión de tiempo, ligas continentales como en USA, primero se podría empezar en Europa con el fútbol, luego le podrían seguir otros como el basquet, balonmano, etc., incluso competiciones individuales o de hombre contra hombre, cuestión de tiempo, en cuanto fluya el dinero y se ganen títulos, todo el mundo estará encantado, además de que subirá muchísimo el nivel del fútbol, llegará un día en el futuro en el que pensaremos que hoy estábamos en la prehistoria.
Al anonimo de las 8:28?
que diablos tiene que ver todo eso con el post? Realmente algunas personas son irritantes
Santiago morales
Muy buena persona Obdulio...
exitos y saludos
by juegos de moto
nunca me voy a olvidar de OBDULIO VARELA, fue el mejor de todos.
Obdulio Varela y su figura también tuvieron cabida en mi blog, desde luego su historia da para mucho: http://lamazetadeportiva.blogspot.com/2011/02/obdulio-varela.html
mi padre me contaba las hazañas de Obdulio Varela cuando era un chaval, me recordaste todo lo que me decía mi padre, gracias!
Este fue un hombre, con todas las facultades, para ponerlo como ejemplo de sano deportista que demostro un gran amor por su Pais y su futbol, en mi consideracion por lo hecho en M aracana tendria que estar en el estadio un monumento a este señor. con todas las letras, un Argentino que lo admira. Carlos Eduardo Penna
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