No calza. No hay glamour ni fama. No convierte la franja de césped en una pasarela de alta costura ni posee, como Carlo Ancelotti, su propia página web. Habla poco, menos en los pasillos de Anfield, cuando el inglés es un karma para cualquier español criado bajo la estrictez del castellano franquista. No luce ni pretende hacerlo. Fue ayudante de Vicente del Bosque en el Real Madrid, lo que en otras palabras equivale a estar en presencia de un redundante bajo perfil.
Si hasta es probable que incluso ahora, días después de la hazaña de Estambul, no sean pocos los que en el planeta fútbol sigan preguntándose de dónde brotó Rafa Benítez. No es raro que ocurra. Si ya hace un par de años su fichaje sorprendió a los hinchas del Valencia -que venía de jugar una final de la Champions-, su aterrizaje en el Liverpool llenó de interrogantes al balompié inglés, que poco le importa enterarse de lo que, desde fuera de la isla, no viene marketeramente procesado. Encima lo reclutaban por cinco años.
Pero así como en diez meses pasó de ascender a primera al Tenerife a sacar campeón al Valencia, repetir el título al año siguiente y luego ganar la Copa UEFA, apenas en su primer año a cargo del Liverpool, Rafa Benítez pasó de completo desconocido a ser llevado en andas por la fanaticada de los “reds”. Hoy le rinden culto casi religioso. Hoy lo llaman “el Mago”, un maestro de la táctica.
Sin altivez ni ruido, Benítez construyó a pulso su propio sitial mientras toda Inglaterra observaba el choque de egos protagonizado por Ferguson, Wenger y Mourinho al mando del Manchester, Arsenal y el Chelsea, respectivamente. Pero Benítez estaba en otra. Sin los millones de otros, sin las figuras de otros.
La historia del hombre que a los 45 años subió al olimpo transitó por años en caminos secundarios, pero provechosos en la acumulación de conocimientos. Antes de ascender al Tenerife a la Primera División de España (2001) dirigió sin demasiada suerte al Osasuna, al Valladolid y al Extremadura, también en Segunda División. Luego viajó y dedicó tiempo y dinero al estudio de tácticas y estrategias del balompié italiano e inglés, curtiendo paso a paso una ruta que un día de mayo de 2005 le entregaría su mejor cosecha.
Benítez entró en la historia del Liverpool y de la liga de clubes campeones más importante del mundo. Es el cuarto español que alcanza la Champions, el primero que lo consigue con un equipo ajeno a su tierra. Es también uno de los tres técnicos que posee en su particular vitrina la Copa de la UEFA y la Copa de Europa, el único en conseguirlo consecutivamente y con equipos distintos.
El hombre que no tenía leyenda dejó de ser él mismo para formar parte de la mitología del Liverpool. “¿Es este el día más feliz de su vida...?”, le preguntaron apenas consumada la proeza ante el AC Milan. “Bueno, tengo una mujer, dos hijos... No está mal, ¿no?”.
1 comentario:
Aguante Benítez, los kopites le estaremos siempre agradecidos.
Publicar un comentario